Yo voy a tener Alas


Soñando de nuevo en la mañana, siempre en la mañana. Entre este mundo y ese que mi mente crea para mí, ese en el que adoro estar, cuando me doy cuenta de que estoy allí. Soñaba que tenía alas, alas grandes de plumas inmensas, que sonaban como una tormenta al agitarlas, con cada aleteo me llevaban cada vez más lejos. Miraba el mundo desde arriba, pasaba rozando el agua con la punta de mis dedos y me reía, daba vueltas y volaba mirando el cielo, subía tan alto como mis pulmones me lo permitían para luego dejarme caer al vacío y abrirlas de nuevo justo antes de tocar el suelo, sentía el viento en el rostro, en el cabello, entre los dedos, pero no tenía que cerrar los ojos, era una criatura del aire. Pasaba por montañas, sobre islas, sentía en mi cuerpo el calor del humo de los volcanes, el cielo era mío y justo como en todos esos sueños mi mundo se desvaneció.
Desperté pensando y ¿por qué no? Y te escuche de nuevo, me volví para mirarte, allí estabas, sentada en la silla de mi escritorio, justo junto a mi cama, mirándome con esa sonrisa que me hiela la sangre.
  • ¿Te lo imaginas? preguntaste.
  • No, lo vivo.
  • No es así, lo sueñas, -afirmaste- no puedes vivirlo, los humanos no tienen alas.
  • ¿Por qué no?
  • No es su destino, no es su naturaleza, no es lo correcto.
  • Pero piénsalo, con alas no necesitaríamos autos, ni aviones, ni trenes, nada, podríamos ir a todas partes a nuestro antojo, ¿por qué Dios no nos dio alas?
  • Te imaginas ¿las guerras? ¿Los lisiados? ¿Los enfermos? ¿Los heridos? ¿Los mutilados?
  • Pero ¿por qué piensas en eso?
  • Porque nunca les quitas su condición de humanos -dijiste en tono de reproche-, mientras sean hombres no podrán tener algo tan bello como eso.
  • Podrían construirlas.
  • Las acapararían, como hacen con todo. ¿O acaso me equivoco?
  • Te odioooooo, vuelve a mi cabeza, donde debes estar, iré a desayunar.

Aun lo pienso, pero ella tiene razón, incluso si la ciencia creara alas artificiales, como los brazos y las piernas de prótesis que se mueven con tus impulsos nerviosos. Solo serían para los ricos y los poderosos, mi sueño, se volvería una pesadilla. Por eso creo en el cielo, por eso creo en el infierno, porque cuando llegue el día, yo voy a tener alas.

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